¿Sufrir? ¿Por quién? ¿Por vos? No, lo siento. ¿Sabes que siento? Una alegría que poco a poco se apodera de mi cuerpo, me domina lentamente y me hace sonreír al ver que todo terminó.
Tengo un deseo, algo que si lo quiero lo puedo lograr... Mi felicidad a pleno. No voy a volver en juegos tontos, siempre pierdo por ilusa. ¿Lo recuerdas? Tú me querías... Sí, así es, pasado. ¿Recuerdas también que mientras vos sonreías muchas veces yo lloraba y aquí tú no estabas para contenerme?
No hay mucho para hacer, sólo escribiré este capítulo con más ganas que nunca... Fue lindo, mientras duró. Un capítulo de cualquier libro siempre llega a su fin, como lo nuestro, lentamente acabó, sin darnos cuenta el tiempo nos alejó. Eso quizás sea bueno, la vida nos pone pruebas y hay que superarlas para poco a poco enfrentarse a cosas más complejas y mejores.
La próxima vez, cuando vuelva a sostener mi libro y lea el siguiente capítulo tendré en cuenta varias cosas, las cuales en los capítulos anteriores no tuve en cuenta... REGLA NÚMERO 1: NO ME ILUSIONARÉ.
Hay algo a lo que todos deseamos llegar.. La felicidad plena, la felicidad constante. Es como una flor, hay que regarla cada día para que jamás pierda su color, su postura. Muchas veces, por miedo a ver que pueda aparecer en el nuevo capítulo dejamos de leer y cerramos el libro... Tenemos miedo a lo que pueda pasar.
Esta vez agarraré el libro con ambas manos, quizás lo lea, quizás no.. Quizás necesite un tiempo para despejar mi mente y luego poder retomar mi lectura con la mente bien abierta.
Sólo quiero que comprendas, tu capítulo no fue interesante, no me colmó como lo hicieron otros. Tu capítulo fue loco e interesante, pero me dejó insatisfecha. Recuerda, fuiste sólo un capítulo de mi libro, un capítulo de mi vida... No fuiste mi libro entero ni serás mi vida entera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario