Me paso los días escribiendo en mi cuaderno, canciones que con el tiempo quedaran en tu recuerdo. Sé que es en vano, porque jamás las escucharás, algún día quién sabe, las pueda cantar. Se vino el frío mi amor y ahora es cuando caen los recuerdos, la lluvia los trae como hojas secas que del árbol cayeron.
Es triste verme decaída por fuera y quebrada por dentro, tan frágil como el suave vidrio de una copa fina. Es extraño mirarme al espejo y encontrarme en éste estado.
Sólo me queda soledad, espacio vacío por compartir. Ahí solíamos sentarnos tú y yo, a compartir charlas y risas, palabras que el día ponía en mi boca. Me sorprende ver cómo todo acaba, ver cómo mi cuento se termina. Entiende, no fue tu culpa, tampoco la mía.
Vuelvo a escribirte una vez más. ¿Ves los árboles como quedaron? Desnudos, completamente solos, sin una hoja con la cual cubrir sus ramas... Así quedamos nosotros, sin amor, sin palabras, completamente desnudos al acecho de otro corazón.
No temas, todo pasa, cuando menos lo pienses la vida puede sorprendernos. Quizás nos quiera juntar o quizás no, nadie lo sabe. Ni el sabio más sabio puede definir un amor tan complicado, un amor tan loco, como éste. Sólo queda escuchar al corazón y sino lo oyes, detente un segundo y sé cauteloso, todo llega.
No quiero cansarte con mis palabras, quiero hacer ésto conciso, sólo quiero que lo entiendas.
